martes, 10 de diciembre de 2013

"EL SUEÑO DE LAS ANTILLAS" AHORA VIAJARÁ A NORTEAMÉRICA

Después de la publicación de EL SUEÑO DE LAS ANTILLAS en Argentina, Chile y Uruguay el verano pasado, ahora le toca el turno a Norteamérica. El 7 de enero de 2014, será publicado por la editorial VINTAGE ESPAÑOL en Estados Unidos, Canadá y Puerto Rico.
Otro maravilloso viaje para Valentina.

Más información pinchando aquí.

Esta es la portada de la edición de VINTAGE ESPAÑOL:


miércoles, 4 de diciembre de 2013

ESTUPENDO ARTÍCULO DE JUAN BOLEA SOBRE ESCRITORAS Y LECTORAS

Copio este estupendo - y muy interesante - artículo de Juan Bolea sobre escritoras, lectoras y un ciclo en el que tuve el honor y el placer de participar este otoño: el de Escritoras españolas.

http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/opinion/sala-de-maquinas_899828.html

Aquí el artículo de Juan Bolea completo:

Las escritoras, más reconocidas

Adelantándose a la actualidad, la Diputación Provincial de Zaragoza viene programando un ciclo de gran éxito, titulado Escritoras españolas.
En su II edición, este ambicioso programa ha traído a tierras zaragozanas a un plantel de autoras muy representativo de las distintas tendencias y estilos del panorama literario nacional. Cristina Fernández CubasSarah Lark,Ana R. CañilMaría Dueñas,Magdalena LasalaEspido Freire,Carmen Santos y Carmen Posadas se han sucedido en la tribuna respondiendo a algunas de las cuestiones que hoy copan la actividad editorial y lectora: ¿existe una literatura para mujeres?; ¿otra para hombres?; ¿han estado preteridas, marginadas, las autoras españolas?
Respecto a esta última cuestión, un reportaje de la revista Tiempo, coordinado por Daniel Jiménez, nos recuerda esta misma semana que los reconocimientos a las escritoras españolas no han abundado precisamente en nuestra historia reciente.
Desde el año 1856, por ejemplo, en que se instauró el Premio de la Crítica, sólo dos novelistas lo han merecido: Ana María Matute en 1959 y Elena Quiroga en 1961. Muy recientemente, Clara Usón se ha sumado a esta exigua lista.
Pero no sólo en España se ningunea a las plumas femeninas. Si tiramos por elevación a los Premios Nobel, comprobamos que de sus 109 ediciones, 97 han recaído en hombres, por sólo 12 en mujeres.
"Se habla de literatura femenina, pero no se habla de arquitectura femenina o de odontología femenina", ironiza Clara Usón. Laura Freixas hace descansar el prejuicio en el hábito de representar ambos géneros con el masculino, lo que reduce cualquier referencia femenina a un ámbito exclusivamente ocupado por mujeres.Rosa Regás opina que la mayoría de los hombres sigue sin leer libros escritos por mujeres, pero manifiesta una cierta esperanza al querer creer que ese tradicional desdén está cambiando hacia actitudes más positivas Muy negativa, en cambio, considera Llucia Ramis la novela 50 sombras de Grey, "por hacer creer a las mujeres que estarán más liberadas sexualmente si se dejan esclavizar por un hombre"..
Opiniones, polémicas... Sobre una realidad: la de que el 70/% de los lectores españoles son lectoras. A partir de ahí, la práctica y las noticias.

sábado, 28 de septiembre de 2013

PROMO DE "EL SUEÑO DE LAS ANTILLAS"

Un breve recorrido fotográfico por la promoción de El sueño de las Antillas:
Ante el escaparate de Librería París
Día del Libro en Zaragoza, junto a José Luis Corral



















En El Corte Inglés de Barcelona
En El Corte Inglés de Valencia




Edición argentina en una librería de La Plata
Presentación en Zaragoza
En Librería Tintas de Bilbao
Con Anika Lillo de Anika Entre Libros, en Valencia


martes, 24 de septiembre de 2013

BLOGS NOMINADOS AL PREMIO LIEBSTER AWARD

Estos son los blogs que nomino al Premio Liebster Award:

Cincuenta Years - Un blog para swofties
La Oveja Feroz
Leolo (Teresa Sopeña)
Aragonliterario
Concha Huerta
Desde el Silencio
Desdeldesván
La Casa de Zitas
El Tintero de Isabel
El Blog de José T.
La Perra de Kenia

En cuanto a las 11 preguntas para estos blogs, las que me hicieron Ana y Anabel de Aventarte son tan buenas que me permito tomarlas prestadas:

1- ¿Qué te decidió a abrir un blog?
2- ¿Cuál es su temática?
3- ¿Con qué frecuencia lo actualizas?
4- ¿Te costó ponerle nombre?
5- Cuando visitas un blog ¿qué es lo que más valoras?
6- ¿Qué tipo de blogs son los que sigues?
7- ¿Te ha sucedido alguna anécdota relacionada con el blog?
8- ¿Por qué recomendarías visitar tu blog?
9- ¿Qué aspectos positivos resaltarías de tener un blog?
10- ¿Y negativos?
11- ¿Algún consejo para los que estén pensando en abrir uno?


miércoles, 18 de septiembre de 2013

PREMIO LIEBSTER AWARD

Mis amigas Ana y Anabel, del estupendo blog Aventarte, han nominado a esta mi casa al premio LIEBSTER AWARD. Se trata de un premio entre blogs para ayudar a la difusión de estos. Estoy very very contenta. Los nominados, si aceptan el premio, tienen que seguir la cadena y cumplir los siguientes requisitos:
  1. Nombrar y agradecer el premio a la persona o blog que te lo concedió.
  2. Responder a las 11 preguntas que te hayan formulado.
  3. Conceder el premio a 11 blogs.
  4. Formular 11 preguntas para que respondan los blogueros a los que premias.
  5. Visitar los blogs que han sido premiados junto con el tuyo.
  6. Informar a los blogueros de su premio.

Por hoy, voy a responder a las preguntas y en la próxima entrada publicaré mi lista de blogs. Allá van las respuestas:

1- ¿Qué te decidió a abrir un blog?
Primero abrí un blog dedicado a mi novela anterior, DÍAS DE MENTA Y CANELA. Allí empecé colgando reseñas, fotografías e información sobre el libro, pero con el tiempo, el blog fue creciendo y acabé hablando de muchas más cosas. Por eso decidí abrir este, en el que doy cabida a todo tipo de reflexiones.

2- ¿Cuál es su temática?
En este blog cabe un poco de todo. No está dedicado a ninguna temática concreta.
3- ¿Con qué frecuencia lo actualizas?
Reconozco que últimamente estoy algo vaga (también alego en mi descargo que la promoción de mi nueva novela me ha dejado poco tiempo) y no lo actualizo tanto como debería.
4- ¿Te costó ponerle nombre?
La verdad es que, como podéis ver, me compliqué poco la vida. 
5- Cuando visitas un blog ¿qué es lo que más valoras?
Que hable de temas interesantes y que las entradas estén bien redactadas.
6- ¿Qué tipo de blogs son los que sigues?
Sobre todo los que tratan de temas literarios.
7- ¿Te ha sucedido alguna anécdota relacionada con el blog?
No recuerdo ahora ninguna anécdota sabrosa relacionada con este blog.
8- ¿Por qué recomendarías visitar tu blog?
Al margen de que lo he tenido algo descuidado durante los meses de promoción de EL SUEÑO DE LAS ANTILLAS, quien esté interesado en saber cómo se gesta un libro, podría hallar alguna entrada interesante (I hope so).
9- ¿Qué aspectos positivos resaltarías de tener un blog?
Es un buen vehículo para expresar inquietudes, sentimientos, reflexiones... en fin, todo lo que se nos puede ocurrir.
10- ¿Y negativos?
El único aspecto negativo que le veo es que llevar un blog consume mucho tiempo, algo que no tenemos siempre.
11- ¿Algún consejo para los que estén pensando en abrir uno?
Ay, soy muy mala dando consejos. Solo les diría que si desean abrir un blog, se lancen en picado porque es una experiencia muy bonita.

COLUMNA DEL DOMINGO, 28 DE AGOSTO, EN VERANO HERALDO

Foto: Os dejo mi última columna de este verano, que salió en Heraldo de Aragón el domingo pasado.

COLUMNA DEL 21 DE AGOSTO EN VERANO HERALDO


Foto: Os dejo mi columna del miércoles pasado en Verano Heraldo:

El cine en verano

La primera vez que me llevaron a un cine de verano, vivíamos en Alemania y pasábamos el mes de agosto en Valencia. Recuperando la terreta, como tantos emigrantes. Eran días de calor. De playa y merendero. De noches tibias tomando helado de turrón en la terraza de La Jijonenca. Un sol dorado y húmedo bañaba las calles, cuyo ajetreo mediterráneo cesaba a la hora de la siesta y hacía de Valencia una ciudad fantasma. 
Para alguien llegado del frío, ver una película al aire libre sin chaqueta fue una revelación. Una experiencia religiosa, como cantaba antaño un jovencito que ya ha dejado de serlo. En la pantalla, el Nautilus del capitán Nemo surcaba océanos en tecnicolor, atravesaba bancos de peces de ojos saltones y esquivaba peligros surgidos de las profundidades, incluido un calamar gigante empeñado en merendarse el submarino. Un desabrido James Mason intentaba someter a Kirk Douglas, rebelde y atlético en su camiseta a rayas de marino dicharachero. La noche olía a Mediterráneo, a las acequias de las huertas cercanas, tal vez a jazmín, mientras los niños devorábamos un bocadillo casero y después, con suerte, nos compraban un polo de hielo o un refresco.
Ahora, ir al cine en verano es viajar a la Antártida. La gente tirita de frío comiendo barreños de palomitas regados con latas de Coca Cola y vuelve al calor de la calle convertida en pingüino. Los más frioleros, en palitos de merluza del Capitán Iglo, listos para descongelar. Es entonces cuando evoco la noche en la que surqué el océano a bordo del Nautilus, escapé de calamares gigantes y erupciones volcánicas, admiré a Kirk Douglas y saboreé el lujo de una bolsa de kikos que saqué a mis padres. Porque hay recuerdos que no congela ni el aire acondicionado más potente.

EL CINE EN VERANO

La primera vez que me llevaron a un cine de verano, vivíamos en Alemania y pasábamos el mes de agosto en Valencia. Recuperando la terreta, como tantos emigrantes. Eran días de calor. De playa y merendero. De noches tibias tomando helado de turrón en la terraza de La Jijonenca. Un sol dorado y húmedo bañaba las calles, cuyo ajetreo mediterráneo cesaba a la hora de la siesta y hacía de Valencia una ciudad fantasma.


Para alguien llegado del frío, ver una película al aire libre sin chaqueta fue una revelación. Una experiencia religiosa, como cantaba antaño un jovencito que ya ha dejado de serlo. En la pantalla, el Nautilus del capitán Nemo surcaba océanos en tecnicolor, atravesaba bancos de peces de ojos saltones y esquivaba peligros surgidos de las profundidades, incluido un calamar gigante empeñado en merendarse el submarino. Un desabrido James Mason intentaba someter a Kirk Douglas, rebelde y atlético en su camiseta a rayas de marino dicharachero. La noche olía a Mediterráneo, a las acequias de las huertas cercanas, tal vez a jazmín, mientras los niños devorábamos un bocadillo casero y después, con suerte, nos compraban un polo de hielo o un refresco.


Ahora, ir al cine en verano es viajar a la Antártida. La gente tirita de frío comiendo barreños de palomitas regados con latas de Coca Cola y vuelve al calor de la calle convertida en pingüino. Los más frioleros, en palitos de merluza del Capitán Iglo, listos para descongelar.Es entonces cuando evoco la noche en la que surqué el océano a bordo del Nautilus, escapé de calamares gigantes y erupciones volcánicas, admiré a Kirk Douglas y saboreé el lujo de una bolsa de kikos que saqué a mis padres. Porque hay recuerdos que no congela ni el aire acondicionado más potente.

COLUMNA DEL 12 DE AGOSTO EN VERANO HERALDO

Foto: Os dejo mi columna en Verano Heraldo, que esta semana ha salido en lunes:

EL SOMBRILLERO
Ya nos hemos plantado en mitad de agosto. Tiempo de vacaciones para los que pueden permitírselas, de calor intenso y siestas descomunales. De horas que se arrastran como serpientes holgazanas. Pese a la crisis, las calles de la ciudad se han ido vaciando. Las pocas tiendas que siguen abiertas aún no han quitado los carteles de las rebajas, poco lucidoras este año, según dicen. Los comerciantes vegetan tras el toldo extendido y con la puerta abierta para evitar encender el aire acondicionado, que la factura de la luz irrumpe cada mes cual personaje de Clint Eastwood: sin perdón.
Pero aún quedan valores inmunes a la crisis. Solo hay que darse una vuelta por nuestras playas para comprobar que las especies autóctonas del verano vuelven cada año con renovado vigor. Pueden cambiar las ropas, el tamaño de los bañadores y la forma de las colchonetas hinchables, pero siempre habrá jovenzuelos rebosantes de testosterona, barbies en top-less, anduriños que salen con la fresca, niños que nos llenan de arena mientras sus padres toman cerveza en el chiringuito y… sombrilleros.
Los sombrilleros son los soldados de la playa. La avanzadilla que necesita toda familia para conquistar unos metros en primera línea. El sombrillero despierta con los primeros rayos de luz, se toma un carajillo, enfunda sus huesos en el bañador y, consciente de su importancia estratégica, abandona el apartamento cuando los demás duermen. Nada más pisar la arena, se apresura a colocar antes que sus rivales una hamaca, tres sillas plegables y dos esterillas a pie de olas. Culmina la conquista clavando la sombrilla, bajo la que esperará a la familia con mirada fiera, la gorra blanca bien calada.
Quien tiene un sombrillero tiene un tesoro. Antes, ahora y siempre.
EL SOMBRILLERO
Ya nos hemos plantado en mitad de agosto. Tiempo de vacaciones para los que pueden permitírselas, de calor intenso y siestas descomunales. De horas que se arrastran como serpientes holgazanas. Pese a la crisis, las calles de la ciudad se han ido vaciando. Las pocas tiendas que siguen abiertas aún no han quitado los carteles de las rebajas, poco lucidoras este año, según dicen. Los comerciantes vegetan tras el toldo extendido y con la puerta abierta para evitar encender el aire acondicionado, que la factura de la luz irrumpe cada mes cual personaje de Clint Eastwood: sin perdón.


Pero aún quedan valores inmunes a la crisis. Solo hay que darse una vuelta por nuestras playas para comprobar que las especies autóctonas del verano vuelven cada año con renovado vigor. Pueden cambiar las ropas, el tamaño de los bañadores y la forma de las colchonetas hinchables, pero siempre habrá jovenzuelos rebosantes de testosterona, barbies en top-less, anduriños que salen con la fresca, niños que nos llenan de arena mientras sus padres toman cerveza en el chiringuito y… sombrilleros.


Los sombrilleros son los soldados de la playa. La avanzadilla que necesita toda familia para conquistar unos metros en primera línea. El sombrillero despierta con los primeros rayos de luz, se toma un carajillo, enfunda sus huesos en el bañador y, consciente de su importancia estratégica, abandona el apartamento cuando los demás duermen. Nada más pisar la arena, se apresura a colocar antes que sus rivales una hamaca, tres sillas plegables y dos esterillas a pie de olas. Culmina la conquista clavando la sombrilla, bajo la que esperará a la familia con mirada fiera, la gorra blanca bien calada.

Quien tiene un sombrillero tiene un tesoro. Antes, ahora y siempre.

COLUMNA DEL 7 DE AGOSTO EN VERANO HERALDO



LA CANCIÓN DEL VERANO
¡Que no cunda el pánico! No voy a dedicar la columna de hoy a los chiringuitos y barbacoas de Georgie Dann, ni a las bombas de King África, aunque merecería un análisis el misterio de la fórmula que permite sacar cada verano una canción pegadiza combinando los mismos ingredientes y, además, venderla bien. Tan difícil es dar con la receta del éxito como descubrir la de la Coca Cola. Que se lo pregunten a cualquier creador…


Me refiero más bien a esas canciones que marcaron nuestros veranos y que, cuando las escuchamos por casualidad, nos hacen revivir por unos minutos la intensidad del primer amor, un beso salado aderezado con arena de la playa pegada a la espalda, aquellas noches en las que arreglábamos el mundo con los amigos en la terraza de un bar, o ese viaje tan especial cuyo mero recuerdo nos devuelve la alegría en horas bajas… Nuestra canción del verano tiene la virtud de evocar un tiempo que siempre nos parecerá mejor, porque la memoria lo ha depurado de aristas. Aunque también nos hace ser conscientes de cómo nos alcanzan los años. No es lo mismo recordar un baile “agarrao” mientras sonaba Europa de Santana en un tocadiscos y las chicas manteníamos al chico a raya clavándole los codos en el pecho, que evocar una noche en la Pachá contorsionándose al ritmo de música electrónica. Media un abismo entre aquel joven que escuchaba Lucía o Mediterráneo de Serrat en un radiocassette tamaño “king size” y el que carga su iPhone5 con los últimos éxitos de… ¿de quién? Nuestras neuronas están ocupadas por la banda sonora de nuestros propios estíos y no caben los futuros recuerdos de otros. Porque la verdadera canción del verano, la que no está cocinada con los ingredientes del éxito, siempre será personal e intransferible.

COLUMNA DEL MIÉRCOLES, 31 DE JULIO, EN VERANO HERALDO


viernes, 19 de julio de 2013

COLUMNA DEL MIÉRCOLES EN HERALDO DE ARAGÓN

Os dejo mi primera columna en Heraldo Verano de este año. Allí estaré con vosotros todos los miércoles hasta finales de agosto. Para leerla bien, basta con hacer click sobre la imagen.

Y ya sabéis: durante el verano me encontraréis en mis perfiles de Facebook, que seguirán activos.




martes, 16 de julio de 2013

DESCANSO DEL BLOG. NOS VEMOS EN FACEBOOK...


He tenido este blog muy abandonado. Lo sé. Desde la última entrada han pasado ya más de tres meses. Entretanto, El sueño de las Antillas ha visto la luz y ha encontrado a sus lectores. Maravillosos lectores que me han dejado mensajes en mis páginas de Facebook para decirme lo mucho que han gozado leyendo esta novela. Y yo disfruto con cada una de esas misivas, porque eso es lo más bonito y gratificante que se nos puede decir cuando, después de tanto tiempo de trabajo y de espera, nuestro libro se ha abierto camino en una época tan difícil como esta. Los últimos meses han sido intensos, de viajes de promoción con la maleta a cuestas, de entrevistas en todo tipo de medios, de conversar con gente encantadora que tiene mucho que decir, que sabe plantear preguntas interesantes y que posee el don de hacer que el entrevistado se sienta a gusto. Un tiempo que siempre recordaré con cariño, del mismo modo que recuerdo la promoción de todos mis libros. Porque ir de gira a veces agota, eso es cierto, pero es tal la ilusión y la alegría que me hace sentir, es tan bonito saber que la editorial confía tanto en mi libro, que disfruto de cada minuto de la promoción y siempre me queda de ella un hermoso e imborrable recuerdo.

Ahora, mientras El sueño de las Antillas se abre camino en Argentina, Urugay y Chile, Valentina y yo nos tomamos un descanso. Y yo pienso recargar las pilas durante este verano para seguir trabajando con energía. Es mucho lo que he de preparar de cara a la siguiente novela, cuya historia va tomando forma paso a paso dentro de mi cabeza.

Por eso, de momento concederé a este blog un pequeño descanso, que solo interrumpiré para colgar aquí mis columnas estivales que saldrán cada miércoles (hasta finales de agosto) en el cuadernillo de verano de Heraldo de Aragón. Pero eso no significa que vaya a ausentarme de la red, porque  mis perfiles de Facebook seguirán en activo (podéis acceder a ellos desde las insignias que tenéis en la barra de la derecha). Tal vez reduzca un poco el ritmo de las entradas, pero ahí estaré para lo que deseéis comentarme.

¡FELIZ VERANO!!!!

jueves, 28 de marzo de 2013

THE FINAL COUNTDOWN


Ya estamos en la cuenta atrás definitiva para el lanzamiento de El sueño de las Antillas. Igual que en Cabo Cañaveral, ya podemos ir exclamando cada mañana (con acento norteamericano, please) eso de “Ten – Nine – Eight – Seven…” hasta que el día 4 de abril lleguemos a “Zero” y el libro os sonría desde las mesas de novedades de las librerías. Porque hay novelas que sonríen y esta es una de ellas. Creo que os gustará lo guapa que ha salido mi niña de papel… y espero que su interior también os seduzca.

Los últimos días antes de la publicación de un libro siempre están llenos de ilusión, aunque no exentos de nervios… todo hay que decirlo. Pero por encima del nerviosismo están la alegría y la emoción de poder compartir pronto con los lectores a mis personajes y lo que les va a ir sucediendo desde su partida en bergantín hacia la isla de Cuba, la tierra de promisión para muchos españoles en el siglo XIX. Es verdad que cuando llegue el día 4, mis personajes dejarán de ser solo míos, como hasta ahora, y caminarán por su cuenta. Pero merece la pena dejarles partir para que los conozcáis y lleguéis a apreciarlos, amarlos… o incluso a odiarlos, porque en El sueño de las Antillas hay de todo, como en botica.

Y no voy a contaros más. No debo hacerlo. De momento, aquí va un pequeño anticipo de El sueño de las Antillas. El resto… el día 4 de abril.


Ah, se me olvidaba: Tengo una página de autora en Facebook. Se llama Carmen.Santos.Oficial. Allí encontraréis noticias, novedades y muchas cosas más.

Podéis acceder a ella haciendo clic sobre la insignia que tenéis en la franja a la derecha de este blog.

Solo faltan 7 DÍAS para que El sueño de las Antillas os aguarde en vuestra librería favorita.

 
(Fotografía tomada de www.clicgunasrudin.com)

jueves, 14 de marzo de 2013

LA CUBA COLONIAL



El ferrocarril llegó a Cuba once años antes que a España. El 19 de noviembre de 1837 se inauguró en la isla la primera línea de ferrocarril, con la finalidad de transportar el azúcar al puerto de La Habana y de unir la capital con la zona de Extramuros. Bejucal fue el primer asentamiento rural al que llegó el tren desde La Habana. 

En España, la primera línea de ferrocarril - desde Barcelona a Mataró - quedó terminada en 1848. El empresario catalán Miguel Biada, impulsor tanto del proyecto cubano como del español, murió antes de que fuera inaugurada la primera línea de ferrocarril en la entonces metrópoli.

(De “La Habana, puerta de las Américas”, de Amir Valle)

El grabado es "Paradero del camino de hierro (La Habana)" de Federico Mialhe.

martes, 12 de marzo de 2013

LA ESPERADA SINOPSIS DE "EL SUEÑO DE LAS ANTILLAS"

Aquí está por fin la sinopsis completa de El sueño de las Antillas. Más información en la web de Random House Monadori.


A mediados del siglo XIX una joven española llega a Cuba recién casada, dispuesta a trabajar honradamente para salir adelante, pero el destino la llevará por caminos insospechados marcados por la prostitución, la pasión y la venganza.
En la Habana del siglo XIX, una mujer decide tomar las riendas de su vida y forjarse su propio destino.

1858. Cuando Valentina zarpó desde España hacia la colonia de Cuba en pasaje de tercera clase, tenía un joven marido a su lado y el corazón repleto de ilusiones. A su llegada a la isla, sin embargo, sus sueños se resquebrajan: su esposo ha muerto durante la agotadora travesía y el lugar, de pronto, se revela como un entorno hostil.

Solo Tomás Mendoza, un atractivo médico que viajaba en el mismo barco que ella, intenta ayudarla proponiéndole matrimonio. Pero Valentina le rechaza por orgullo, pues no está dispuesta a inspirar lástima, aunque eso signifique tener que vender su cuerpo en un refinado prostíbulo caribeño. Lo que no sospecha es que hay hombres que no se conforman con unas horas de lujuria comprada y que algunos, como el rico y apuesto Leopoldo Bazán, bajo sus caballerosas formas esconden la más abyecta crueldad.

Con el pulso firme y sagaz de los grandes novelistas, Carmen Santos ha tejido una historia inolvidable que tiene mucho de las grandes sagas. De las calles habaneras al prostíbulo y de allí a los fastuosos salones de la alta sociedad isleña, enriquecida hasta lo inimaginable con el cultivo de la caña de azúcar, El sueño de las Antillas nos cuenta la historia de una mujer fuerte, valiente y carismática que, en una época de intrigas políticas por la independencia de Cuba y por la abolición de la esclavitud, se debate entre la ambición, la venganza y el amor verdadero.



lunes, 11 de marzo de 2013

LA CUBA COLONIAL


El calesero de la Cuba de mediados del siglo XIX era un personaje curioso que resultaba muy llamativo a los visitantes extranjeros.

Era también esclavo, aunque llevaba una vida mucho más cómoda que los demás. Los amos elegían como caleseros a sus esclavos más apuestos, ya que daban a su apariencia tanta importancia como a la del quitrín.
Su uniforme solía consistir (en la ciudad, sobre todo) en botas de caña alta charoladas, una chaquetilla adornada con botones dorados, galones y a veces el escudo de la familia a la que pertenecían bordado en ella. La cabeza la cubrían con un sombrero de copa negro y muchos llevaban grandes pendientes de aro dorados.

Más sobre los caleseros en "El sueño de las Antillas"... muuuy pronto...



El grabado es de Víctor Patricio de Landaluce (tomado de taringa.net).

domingo, 10 de marzo de 2013

SEGUIMOS CON LA CUENTA ATRÁS... Y MIENTRAS ESPERAMOS:


¿Qué tal un paseo dominical en quitrín por las calles de La Habana de mediados del siglo XIX?

El quitrín era el carruaje más empleado en Cuba hacia la mitad del XIX. La caja iba montada sobre sopandas de cuero que servían de amortiguadores y tenía dos ruedas enormes que le proporcionaban estabilidad, sobre todo en los caminos del interior de la isla, que en aquella época eran muy malos.
El quitrín no tenía pescante y el calesero iba montado directamente sobre uno de los caballos. En la ciudad podían tirar del carruaje uno o dos caballos, según el nivel adquisitivo de sus dueños. En el campo, a veces se empleaban tres. Todo aquel que era alguien en Cuba, o se preciaba de serlo, poseía uno o varios quitrines, cuanto más adornados y ostentosos, mejor.

Más en “El sueño de las Antillas”… muy pronto.

(En la próxima entrada hablaré del calesero, un personaje que llamaba la atención de los visitantes extranjeros).


lunes, 4 de marzo de 2013

¡FALTAN 30 DÍAS PARA EL LANZAMIENTO!!!


Hoy, 4 de marzo, falta exactamente UN MES para que El sueño de las Antillas os aguarde en vuestra librería favorita.

Ya estoy poniendo a punto la máquina del tiempo para nuestro viaje a la Cuba colonial de mediados siglo XIX.



Y para teneros bien informados mientras preparamos el viaje, he creado una página en Facebook exclusivamente para El sueño de las Antillas. El enlace es:

Facebook





(El grabado es de Federico Mialhe)

lunes, 18 de febrero de 2013

LA IMPORTANCIA DE UNA BUENA PORTADA


En esta especie de reportaje por entregas que estoy haciendo de las diferentes etapas por las que pasa un libro (y al mismo tiempo, su autor), hoy voy a hablar de la portada: El traje a medida – casi prefiero decir vestido, que suena más glamouroso – con el que el libro será presentado en sociedad y transitará por las mesas de novedades de las librerías. Huelga decir que este envoltorio es muy importante. La portada y el título son lo que nos hace fijarnos en un libro cuando lo vemos expuesto entre otros muchos que compiten por llamar nuestra atención. A veces compramos una novela estimulados por la publicidad que se hace de ella. Otras lo hacemos guiados por una buena reseña, o por las recomendaciones de los que ya la han leído - el famoso boca-oreja. Pero también se da el caso (yo lo hago muy a menudo) de que entramos en una librería con afán de descubrir algo nuevo, de explorar por el simple placer de hacerlo. Entonces deambulamos entre sus mesas de novedades sin una idea preestablecida, sólo contemplando las portadas y leyendo los títulos, hasta que por fin, se produce el flechazo. Entre tantas novelas, de repente nos hemos prendado de una porque su título o su portada – o ambas cosas – nos atraen con fuerza. En el fondo, ni siquiera sabemos por qué. Solo intuimos que es EL LIBRO, el que buscábamos, el que ha despertado en nuestro subconsciente el impulso de sacarlo del montón, de darle la vuelta y de leer la contraportada. Si ésta nos sugiere una buena historia, lo abrimos para hacerle catas y si después de eso, la novela nos sigue seduciendo, la compramos sin pensárnoslo más.

Eso es lo que consiguen una buena portada y un título atrayente. Un amor a primera vista. El clásico flechazo. Por supuesto, el exterior tiene que ir en consonancia con el interior, o el enamoramiento se desvanecerá tan deprisa como llegó. Es como si nos prendáramos de un hombre guapísimo atribuyéndole un montón de virtudes y al hablar con él y conocerle más a fondo, descubriéramos que no es como creíamos. A lo mejor, ni siquiera es una mala persona, ni un patán, ni pelma, solo ocurre que no corresponde a la idea que nos hicimos de él y deja de gustarnos.

Del mismo modo nos podemos sentir muy desengañados con un libro cuya portada o cuyo título nos hicieron esperar una historia que no es la que después nos encontraremos entre sus páginas. Por eso es tan importante que la portada se ajuste como un guante a la historia que debe vestir. Igual que la ropa que elegimos debe adaptarse a nuestra forma de ser para que no demos la impresión de ir disfrazados por la vida.

Y por fin, después de tan sesuda reflexión, aquí está la portada de El sueño de las Antillas, lista para vestir a mi libro cuando desfile el 4 de abril por la alfombra roja de las mesas de novedades. Espero que os guste tanto como a mí, que me tiene enamoradísima.